Los conejos son lindas mascotas pero a veces debemos ser pacientes para que se sientan en confianza y entren en contacto con su dueño. Existen algunos trucos para acelerar un poco las cosas como dejarle la puerta abierta de la jaula y colocar una especie de premio en la mano para que pueda acercarse y comerlo de ahí. Todos los animales son dueños de distintas personalidades y cuando tenemos uno como mascota debemos primero conocerlo muy bien, saber cuáles son reacciones, sus gustos y las cosas que no le agradan para que pueda convertirse en un fiel amigo.
Los perros y gatos son animales inteligentes, y aunque el resto también lo sea, resulta mucho más sencillo poder hacernos rápidamente sus amigos y lograr que ellos nos adoren y se sientan muy a gusto en el hogar.
Pero resulta que desde hace algunos años, los conejos se han convertido también en una de las mascotas preferidas por grandes y chicos, ya que son pequeños, no son destructores ni traviesos, y porque pueden permanecer la mayor parte del día, en una jaula.
De igual forma, no estará de más estudiarlo previamente para que en poco tiempo, pueda sentirse en confianza y estar a gusto en casa.
Para comenzar debemos pensar que nuestro conejo no tiene ni idea de que somos amistosos, y lo que él piensa es que uno le quiere hacer daño. Por eso debemos ganarnos su confianza poco a poco y demostrando tener mucha paciencia, quizás nos tome mucho tiempo, o tal vez se pueda tener su amistad en una hora o en un día.
La situación va a depender también, del carácter del animal y de la disposición y paciencia que tenga el nuevo dueño hacia él.
Lo mejor es colocar la jaula sobre el piso dejando la puerta abierta y uno puede acostarse boca abajo, esperando que el conejo entre y salga cada vez que quiera. No se le debe estar tocando ni agarrando cada vez que salga, ya que puede arruinar el hecho de que se sienta en confianza.
Lo mejor es no extender el brazo y pasarle la mano sobre el pelaje, primero debemos dejar que nos olfatee, y que reconozca el olor de la persona para que aprenda que tu presencian no es para nada una amenaza.
Otra buena idea es poner una especie de premio, ya sea una fruta o un pedazo de zanahoria en la mano, y cuando el conejo se dirija hacia él, debemos mantenerlo sobre la mano, dejando que lo mordisquee, aun no se le debe acariciar, debemos seguir siendo pacientes.
Se puede realizar esta especie de juego por algunos días, y con el paso de los mismos podemos ya empezar rascándole la frente. No es bueno imponerse ni perseguirlo, ya que también traerán al piso todos los esfuerzos que se han realizado por ganarse su confianza.
Los lazos de confianza y amistad se estrecharan cuando el conejo haya aprendido que no tiene por qué temer y que uno lo quiere y se hace cargo de sus necesidades.