Los gatos deben tener una jaula cada vez que salen de viaje con sus dueños por su seguridad pero a veces no resulta sencillo hacerlos ingresar en ella. Lo mejor es acostumbrarlos desde que son pequeños, caso contrario el proceso debe hacerse poco a poco dejando que primero entre y salga, colocarle golosinas, juguetes y hasta una manta para que pueda descansar cómodamente. Cuando se tiene un gato en casa y por diversos motivos debemos llevarlo a todos lados con nosotros, lo mejor es llevarlo en su jaula de transporte para viajes. Pero a veces introducirlo en ella no resulta tan fácil y no dudaran en luchar con el dueño para quedar libres.
Aunque casi siempre terminan rendidos y entran en la jaula, lo mejor es acostumbrarlos desde que son pequeños, ya que de esta forma su viaje será mucho más seguro.
Sin embargo, existen métodos para lograr que el minino ingrese a la jaula.
Cuando el gato es adulto debemos emplear técnicas delicadas que hagan que el felino ingrese poco a poco a este medio de transporte, sobre todo cuando se piensan realizar viajes algo largos. Son muchas las familias que no piensan irse de vacaciones sin llevar a su mascota.
Cuando no hay tiempo para ir entrenándolo de a pocos, lo mejor que se puede hacer es tomar al gato rodeando su pecho con una de las manos, sosteniendo con la otra sus patas delanteras. En esta posición podemos introducirlo en la jaula comenzando por las patas traseras.
Además la forma de la jaula puede facilitar la técnica.
Mucho mejor resulta tener un tiempo preciso para poder entrenarlo, ya que podemos tomarnos un tiempo para que el minino asimile la idea de sentirse dentro de la jaula.
Una buena técnica es conseguir un alimento o golosina que le guste a la mascota y colocarlo camuflado entre sus juguetes. Podemos colocar los objetos en la puerta de la jaula y poco a poco introducir más adentro con sutileza hasta que el minino demuestre su interés.
Pero tampoco significa que al conseguir que el gato entre a la jaula solo, se le cerrará la puerta de inmediato, con esto solo lo asustaríamos y tendríamos los mismos problemas para la próxima vez que queremos sacarlo de viaje.
Las primeras veces debemos dejar que se pasee con libertad, que salga y entre que pase unos segundos y quizás hasta se quede un rato jugando o descansando dentro. Se puede también, frotar el cuerpo del animal con un paño para después sobarlo por el interior de la jaula, el olor de sus propias feromonas le dará confianza.
Una buena idea, puede ser colocar una manta para que pueda recostarse y descansar cómodamente por algunos minutos.