Los animales no existen para nuestro disfrute personal, los animales no son objetos decorativos ni muchos menos deben ser tomados como piezas de estilo. Los animales tienen el derecho a una vida sin nuestros problemas humanos desbocados en sus propias vidas. Estamos cansados de los circos y de los zoológicos que no motivan proyectos para su sobrevivencia futura, solamente buscan el beneficio del dinero estéril a costa de seres vivos y de la maravilla que despiertan en las personas.
Reflexionar sobre nuestras mascotas nos ayudará a humanizarnos en un amplio sentido de la convivencia, la existencia con los mismo derechos al respeto. Tal vez nuestra conciencia alcance otro nivel el día que entendamos que el planeta no es únicamente nuestro.
Somos por así decirlo los hermanos mayores de los animales y por tal motivo debemos siempre buscar el equilibrio en todo, no debemos utilizarnos de ninguna forma ni siquiera como un respaldo a nuestra vida, ellos tienen la suya y simplemente coexistimos dentro de un test para el próximo camino por descubrir luego de la muerte.
Los animales son nuestra familia, compartimos el mismo hogar, nuestro tiempo es de ellos al ser nuestros hermanos menores. Aprendamos a no ver a las mascotas como objetos de temporada, como una moda pasajera que puede terminar en el cruel abandono.