Para bautizar a un cachorro no existe una regla a seguir, es totalmente libre la elección por parte de la persona que lo compró o adoptó. Puedes ponerle el nombre que prefieras, pero también toma como guía las características y la personalidad que tiene el cachorro. El nombre que le pongas será para toda la vida, si por ejemplo adquieres un cachorro que ya tiene nombre entonces no intentes cambiarlo pues harás que el animal se confunda haciendo difícil la educación. El nombre desarrolla un rol importante durante la vida de aprendizaje del perro aún siendo cachorro.
La idea general señala que el nombre del perro debe tener un máximo apropiado de dos sílabas para que el perro lo aprenda rápido y lo relacione perfecto a lo largo de los ejercicios, normas y órdenes que aprenderá. Socialmente no es bueno darle nombres negativos porque la gente los juzgará como perros malos o violentos.
No elijas nombres que guarden similitud con algunas órdenes que piensas enseñarle o ya vienen inculcando. Como al principio dijimos las mejores sugerencias las encontrarás siendo observador, la forma de comportarse del cachorro y ciertos rasgos físicos puedes servirte como nombres creativos y bien curiosos.