Los perros pueden ser unas excelentes mascotas, pero a veces se acostumbran a ladrar por cualquier cosa trayendo problemas con los vecinos por el ruido. En este caso es mejor enseñarles a acatar la orden del silencio; pero en caso ladren por motivos razonables como la presencia de algún extraño, su conducta debe ser reforzada. Tener perros en cada puede ser maravilloso y según la personalidad y las actividades que cada uno realice, se puede tener un can de raza que se adapte a cada uno. Si uno es deportista, pues lo mejor será decidirse por un perro que también necesite y guste de estar activo la mayor parte del tiempo; pero si se es tranquilo y casero, pues entonces no hay nada mejor que tener un perro que disfrute estar descansando.
A veces suele pasar, que no necesariamente sea un perro la mascota que se prefiera y cambien las decisiones por otra especie, como un gato o un conejo.
Pero quienes ya se metieron en la gran aventura de tener una mascota canina, pues nos les queda otro remedio más que entrenarlos y enseñarles a ser las mejores mascotas del mundo.
Sin embargo, una situación que puede convertirse en todo un problema es el ladrido de los perros, ya que algunos ladran todo el día, en la madrugada y ante cualquier cosa que se les presenta.
En fin, se puede decir que ladran por todo, cuando llega alguien de visita, cuando oye el motor del coche o cuando siente a la distancia que alguien conocido se acerca. A veces el dueño se siente orgulloso de tener una mascota tan inteligente y audaz que se capaz de reconocer hasta el sonido del motor de su auto, pero puede ser que el ladrido se prolongue y llegue a convertirse en algo realmente molesto.
Se han conocido casos donde el perro ladra tanto que surgen problemas con los vecinos quienes se quejan del estruendoso ruido que provocan los ladridos del animal, por lo que va a resultar más que necesario enseñarle a que no ladre ante cualquier situación.
Lo mejor que se puede hacer por la mascota, por uno mismo y para mantener buenas relaciones con el vecindario es evitar que ladre por todo enseñándole la orden de silencio para que calle cuando reciba la orden y así se ahorren muchos problemas y dolores de cabeza.
Claro que tampoco podemos prohibirle que ladre cuando parezca ser muy necesario, por ejemplo está bien que lo haga cuando un extraño se aproxima a la casa, cuando algún miembro de la familia se encuentre en peligro. Ante estas situaciones está bien que ladre y que no deje de hacerlo hasta conseguir que el malhechor salga despavorido, pero hay que enseñarle a hacerlo solo cuando sea muy necesario.