Los perros pueden ser muy buenos amigos de los bebés pero antes debemos enseñarles a comunicarse y quererse. En un principio, el niño se comunicará con gritos pudiendo estresar al animal, pero Lo mejor es juntarlos y con el pequeño sentado sobre el regazo, hacer que con su manita acaricie al perro, y que este se acostumbre a los sonidos guturales del bebe para que sepa que quiere decir cuando lo toca. A veces hay parejas que antes de casarse y vivir juntos adoptan una mascota para que les haga compañía y sea como su primer hijo, al que deben brindarle cuidados y entrenarlo para que sea obediente.
Casi siempre tienen un perro o un gato, animales muy inteligentes y que aprenden rápidamente a convivir en cualquier tipo de ambiente. Muchas de estas personas llegan a amar a sus mascotas y cuando llega el momento de formalizar la relación, casarse y tener hijos, comienzan a surgir ciertas dudas y problemas.
Cuando se está esperando el primer bebé, los futuros padres se preocupan por la relación que existirá entre ellos y por la atención que ahora, se priorizará en el recién nacido, pudiendo dejar de lado inconscientemente, a nuestro querido amigo.Pero lo que muchos no saben, es que afianzar la relación entre la mascota y el heredero no tiene por qué ser un problema, sobre todo cuando se trata de un pequeño.
Los niños son muy curiosos y exploraran todo el tiempo la forma de mantener contacto con la mascota, mientras que esta hará de todo para entender los movimientos del niño.
La sociabilidad es muy importante tanto para el pequeño como para el can, por eso ambos deben aprender a comunicarse, para que puedan aprender sobre sus respectivos comportamientos y reacciones.
Es común que el bebé se comunique con el perro con gritos, y que quizá el lenguaje no sea muy entendible, terminando las macota ofuscada por la bulla y hasta lanzándole un gesto que se traduzca en amenaza.
Lo mejor es juntarlos y con el pequeño sentado sobre el regazo, hacer que con su manita acaricie al perro, y que este se acostumbre a los sonidos guturales del bebe para que sepa que quiere decir cuando lo toca.
También podemos colocar algunos juguetes del niño, para que puedan compartir momentos de juego, pero después de haber pasado un tiempo juntos, y cuando termino la diversión, lavar y desinfectar cada juguete.
Lo más importante es no permitir que el bebé bese las patas, boca, hocico y las orejas del perro. De igual forma, tampoco debemos permitir que el perro le lama la cara, sobre todo cuando aún no se ha desparasitado a la mascota, o no se le han puesto toda las vacunas, ya que le niño puede correr un riesgo de infección.