Muchos futuros padres creen que deben deshacerse de su gato para evitar problemas. Sin embargo, no hay porque ser tan drásticos, sólo basta con entrenarlos, enseñarles ciertas cosas como no entrar al dormitorio del bebé, mantener su caja de arena desinfectada y nunca dejarlos solos. Muchas parejas que van a convertirse en padres y que tienen un gato en casa, creen que lo mejor será deshacerse de su minino para evitar futuros problemas. Sin embargo, esto no es necesario ya que con establecer ciertas reglas será más que suficiente.
Lo primero que hay que hacer, es prohibirle al gato que entre a la cuna o al corralito del bebé. Solo hay que rociar a la mascota con agua cada vez que intente subirse y dándole su propia cama para que duerma.
Además, la puerta del dormitorio del pequeño debe permanecer cerrada y pueden usarse monitores para escuchar al bebé y saber cuándo se despierta.
Algunos papás, colocan una tela metálica en su dormitorio para que el gato se comporte como observador sin tener que ingresar directamente.
Se habla también de las enfermedades que puede transmitir el gato a los seres humanos como la toxoplasmosis, un virus que se encuentra en las heces de algunos de esto felinos. Casi siempre este parasito está en los gatos callejeros, pero de igual forma hay que prevenir que la mascota se contagie, evitando que coma carne cruda o que se tope con las heces contaminadas de otro gato.
Una forma muy segura de evitar que el gato contagie es manteniendo su caja de arena dentro de la cocina o del baño con una puerta que pueda bloquearse. Y es obligatorio lavarse las manos luego de vaciar la caja del minino.
La caja debe estar limpia y desinfectada y es muy importante enseñarle a la mascota a no caminar por las mesas.
En caso el gato sea un poco agresivo y suela morder, entonces los padres deben entrenarlo para que deje de hacerlo. Al igual que en la situación anterior, se le puede rociar con agua cada vez que intente lastimar a alguien.
En cuanto a los rasguños, estos pueden prevenirse cortándole las garras cada cierto tiempo en un centro veterinario.
A veces los padres pueden pensar que no habrá una buena relación entre el gato y el bebé. El llanto puede ser una alarma en un inicio para la mascota, pero con el paso de los días se acostumbrará a ello e intentará calmar al bebé o avisar a los padres, que algo ocurre.
Lo que no hay que olvidar es que aunque el gato se muestre siempre muy cariñoso con el bebé, jamás se les debe dejar solos.