Durante los meses de invierno es común que nuestro minino se resfrie o sufra de asma bronquial o bronquitis crónica felina, que puede aparecer debido a la humedad, al frío, o alguna alergia que tenga frente a un tipo de producto que se emplee en casa. Al fijarse en cualquier síntoma que inplique que la mascota no puede respirar, lo mejor es llevarlo de inmediato al veterinario. Durante el invierno, los animales también son más vulnerables a sufrir cualquier tipo de enfermedad, el frío intenso y el uso de ciertos productos hacen que el sistema inmunológico de nuestro minino se torne más débil y pueda sufrir de algún mal.
Los gatos son presa fácil del asma bronquial o de la bronquitis crónica felina, la cual es una enfermedad respiratoria y alérgica que afecta a los bronquios y pulmones, obstruyendo las vías respiratorias y perjudicando que el gato pueda respirar.
Cuando los bronquios se llenan de mocos o se produce una inflamación, comienza la dificultad para respirar. El diámetro de los bronquios disminuye dando origen a la broncocostriccion, impidiendo el paso del aire.
En realidad pueden ser muchos los factores que originen enfermedades en el gato, muchos se hacen alérgicos al polen, o tienen paracitos, bacterias o cogen un tipo de virus. Los hongos y el estrés también resultan perjudiciales.
Si en casa hay alguna persona que fume, debe evitar hacerlo cerca de la mascota ya que el humo resulta en exceso dañino, de igual forma ocurre con los aerosoles, con el polvo del ambiente o con la calefacción.
Es importante que estemos al tanto de nuestra mascota, ya que debe ser llevada al veterinario frente a cualquier problema sobre todo cuando no puede respirar. A veces hacen fiebre, que es provocada por la ansiedad que genera el tratar de respirar mejor.
En algunos casos se sentirá una especie de pito cuando trata de respirar. O lo hará con la boca abierta, además de estos síntomas se incluyen los estornudos, ronquidos, vómitos y las pocas ganas de realizar alguna actividad.
Si no hacemos caso de estos síntomas, los episodios pueden tornarse peores y provocar lesiones más graves como la tos crónica.
Al percatarse de cualquier síntoma, lo mejor es llevar rápidamente al gato con el especialista, ya que él lo revisará y posiblemente ordene radiografías de tórax y otros análisis. Si el caso fuera de mayor preocupación, el tratamiento indicado consistirá en el uso de corticoides y de broncodilatadores.
Pero lo mejor siempre será la prevención, por ello debemos estar siempre pendientes de nuestra mascota, de que este limpio y de que no coma cualquier cosa que encuentre por ahí. En los meses de menor temperatura, es recomendable tenerlos más tiempo en casa y complementar su dieta con algún tipo de vitaminas.