La gripe aviar es una enfermedad común en las aves que visjan distancias largas. Resulta ser muy contagiosa a pesar de que muchas veces pasa desapercibida. Las aves que la tienen mueren en un lapso de 48 horas y en los humanos se presenta con fiebres altas, dolores de cabeza y graganta, tos, secresión nasal y malestar general. Las aves silvestres que viajan largas distancias se enferman de forma común de gripe aviar. Este es un virus que suele producirse en los intestinos de las aves y que a pesar de sus síntomas no llega a afectar su vida en la mayoría de los casos.
Es un virus muy contagioso y se puede contagiar de un animal a otro rápidamente, también son muchas las aves portadoras, pero que no llegan a presentar los síntomas comunes y pasan desapercibidos.
Quienes la padecen tienen secreciones nasales y segregan saliva contagiosa, así como materias fecales que se convierten en el medio de transferencia viral para las demás.
A través de las plumas erizadas y de una disminución en la capacidad para poner huevos, podemos percibir que las aves tienen la gripe aviar, pero si no nos percatamos de ello es imposible saber que la padecen.
El hecho de ser muy contagiosa y extenderse de forma veloz a los humanos, la convierte en la gripe más intensa y fatal de todas llegando a tener una tasa de mortalidad de 90 al 100%.
Las aves con gripe aviar mueren en un rápido lapso de 48 horas, tiempo antes de que nos podamos percatar que están enfermas o que tienen la gripe.
Existen distintas clases de virus y todos se diferencian por las diferentes composiciones de proteínas, las más comunes son la hemaglutinina HA y la neuraminidasa NA. Análisis realizados demuestran que existen 16 tipos conocidos de HA y NA.
Esta gripe no solía infectar a los seres humanos, pero hace menos de 20 años se conocen ciertos casos, que con el paso del tiempo han ido en aumento involucrando a personas infectadas por el virus de tipo A.
En un ser humano los síntomas son muy manifiestos y notorios, la mayoría de los casos aparecen con dolor de garganta y de cabeza, fiebres muy altas, dolor en los músculos, tos acompañada de secreción nasal y malestar general.
Si no se hacen caso a estos síntomas la enfermedad llega a niveles de mayor riesgo y los síntomas amenazan la vida de quien la sufre. El proceso viral se complica y aparecen infecciones oculares, problemas respiratorios y puede llegar a presentarse un cuadro de neumonía.