El olfato es una de las principales herramientas de comunicación de los perros, ellos con una nariz ultra-sensible pueden acceder a una tremenda fuente de información de su entorno, obtener datos de otros perros e incluso de los humanos. Si existe un lenguaje netamente informativo, el olfato lo es para los perros. Olisquear la zona anal para los perros es como leer una carta de presentación, un conjunto de aromas que transportan datos como la forma de vida, donde vive, zonas donde suele andar, comidas, épocas de celo, marcación de territorios, etc. Con el olfato los perros incluso pueden saber si su recién presentado visitante esta enfermo.
Algunos estudios hablan sobre las capacidades increíbles del olfato canino para conocer estados de ánimo y otros cambios emocionales en los humanos. Toda clase de información sutil llega olfateando, esta capacidad que tienen los perros sigue planteando increíbles conjeturas fascinando a los estudiosos y demás hombres de ciencia.
La teoría sugiere que los perros al olfatear por primera vez realizan una especie de escaneo general, diagnosticando al completo el funcionamiento bueno o malo de los sistemas corporales. Por ello la importancia de dejar a los perros olisquear, es bueno que ellos se huelan e incluso deja que lo hagan con otras personas, solamente así ganarán su confianza.
Si por ejemplo tienes ya algún perro o grupo de perros en tu casa y decides llevar un nuevo integrante, deja que la manada lo olfatee, esta es una manera de socializar y descubrir además si el nuevo perro es abierto sin expresar agresividad o molestia por el recibimiento de narices.
Si es una persona la que pasa por el proceso de ser reconocido con el olfato, se recomienda que la persona no mire al perro o perros, no los toque, solamente así los animales estarán cómodos con el visitante y podrán terminar esta clase de saludo que es algo similar al darse la mano entre personas.