La epilesia es una enfermeda neurológica muy antigua que afecta tanto a personas como animales. Cuando se presenta en nuestro perro puede ser de diversos tipos y segun la parte afectada del cerebro. El diagnóstico solo debe ser dado por el veterinario, al igual que el tratamiento basado en anticonvulsivantes de manutención. La epilepsia es una enfermedad muy antigua caracterizada por descargas electroquímicas del cerebro que aparecen en cualquier momento y que se hacen frecuentes en el tiempo. Quienes la padecen repiten sus crisis casi toda su vida, estas descargas hacen que las neuronas de despolaricen y se transmiten señales eléctricas difundiendo la excitabilidad a la totalidad cerebral.
Al ser una enfermedad neurológica antigua y considerada toda una pesadilla para aquellos que la padecen, un ataque epiléptico de la mascota familiar no debe ser una experiencia sofocante, pero para un niño las cosas son muy distintas.
Los signos de un ataque se presentan con inquietud, nerviosismo, temblores, salivación, descoordinación y enajenación, pudiendo estar presentes por unos segundos o por varios días, haciendo que los dueños no se percaten con total claridad.
El ataque puede durar segundos o minutos en un episodio, el perro cae derribado sobre un costado y hay una respuesta motora involuntaria, que se presenta con patadas, pedaleo o remo. También saliva en exceso y puede perder el control de esfínteres urinarios y anales.
Todos los actos son inconscientes y el animal llega a perder relación con el medio ambiente.
Los síntomas van a depender del lugar de origen de las descargas eléctricas, si es toda la corteza cerebral el animal cae de lado, con rigidez y pedalea. Se puede observar salivación, micción y hasta defecación.
Cuando la epilepsia es parcial debido a lesiones cicatriciales focales, puede ser que el animal presente ataques de picazón el alguna parte del cuerpo provocándose automutilación.
Los ataques pueden presentarse entre uno y siete años de edad, siendo la edad más común los 2 años. Las razas que la padecen con mayor frecuencia pueden ser Pastor Alemán, San Bernardo, Beagle, Setter Irlandés y el caniche.
Para estar seguros respecto al diagnostico, el perro debe ser evaluado por el veterinario. Si nuestra mascota presenta un tipo de ataque debe ser llevado de emergencia con el especialista, pero previamente, deben evitarse golpes con cualquier objeto que se encuentre a su alrededor.
Si el diagnostico arroja que padece de esta enfermedad, entonces el tratamiento será a base de anticonvulsivantes de manutención, que van a impedir que las neuronas epilépticas se disparen y diseminen sus descargas eléctricas.
Con la correcta medicación no existe riesgo de muerte en el paciente y tampoco será necesaria la eutanasia, dejando tranquilos a los amos y a sus mascotas.