La enfermedad de Cushing es un trastorno que ocurre cuando el cuerpo se expone a altos niveles de la hormona cortisol. Puede presentarse en personas y en los animales, pero cuando se presenta en caballos los síntomas son muy particulares ya que su pelo se vuelve ondulado y seco, tiene mucha sed y sus sistema inmune no funciona correctamente. La enfermedad de Cushing es un trastorno que ocurre cuando el cuerpo se expone a altos niveles de la hormona cortisol.
En algunos casos se presenta cuando se toman en excesos medicamentos que contienen cortisol o cualquier hormona esteroide.
El cortisol es una hormona que se produce en las glándulas suprarrenales, cuando el organismo produce demasiado de ella, se desarrolla este síndrome.
Esta enfermedad puede presentarse en seres humanos y en cualquier clase de animales como los caballos.
La glándula pituitaria está situada cerca de la base del cerebro, y es un órgano importante del sistema endocrino. Por su lado, el hipotálamo es otra glándula que se encuentra cerca de la pituitaria. La sinergia del hipotálamo y de la hipófisis o pituitaria, ayudan a regular el sistema del cuerpo.
Estas glándulas influyen en la producción de cortisol, que es una hormona esteroide secretada por las glándulas suprarrenales. Cuando se desarrolla la enfermedad de Cushing, los niveles de cortisol se producen de manera excesiva, dando lugar a síntomas determinados.
La principal causa de esta enfermedad se debe a la presencia de un tumor benigno en la glandula pituitaria, ya que este tumor va a producir el exceso de la hormona.
Cuando el tumor se desarrolla rompe las neuronas en el hipotálamo, provocándole un mal funcionamiento y afectando también a la glándula pituitaria.
Cuando esta condición se presenta en los equinos aparecen ciertos síntomas que pueden notarse con facilidad.
Su pelaje cambia y deja de caerse, se vuelve ondulado, duro y pesado. El animal comienza a tener más sed y a orinar en abundancia.
También ocurren cambios en su peso, pierde kilos y sus ojos parecen no tener iluminación. A nivel interno aumenta la glucosa y es más fácil que presente infecciones ya que su sistema inmunológico no funciona del modo correcto.
Se han visto casos de caballos con dificultades neurológicas debido al aumento del tamaño de la hipófisis. Lo mejor es acudir con el veterinario para que a través de análisis verifique si padece o no de esta enfermedad y le dé el tratamiento más adecuado.