Las acciones buenas de la mascota deben ser recompensadas. El perro al educarse capta más la idea si utilizas la técnica del refuerzo positivo, que no es otra que recompensar su esfuerzo con una caricia agradable o darle su alimento preferido por ejemplo.
Hay que ser coherente, recuerda que el refuerzo positivo debe darse cuando el perro realiza bien el entrenamiento, no puedes recompensar lo negativo. Volvemos a repetir, la recompensa a sus buenos actos puede llegar con muestras de afecto, golosinas, su juguete favorito u otros juegos que impliquen contacto amable, tampoco exageres pues refuerzas la hiperactividad.
Recuerda que siendo un entrenamiento no debes darle golosinas sin medida, basta con una galleta cada vez que se esfuerza y cumple con las expectativas. El perro debe relacionar aquella pequeña ración con su acción, así consigues que lo vuelva a repetir hasta que lo aprenda, dicho sea no olvides utilizar comandos de voz para que los incluya y recuerde como determinante en su acto. Con el tiempo ya no necesitarás darle el premio.
A diario entrena al perro por tiempos cortos, ya sabes que puede cansarse o el aburrimiento gane, si pasa eso pierde concentración y no obtendrás resultados más rápido. Trata también que los entrenamientos resulten amistosos o divertidos para ambos, a modo de juego todo fluye mejor. Ya lo sabes, hay que premiar a la mascota con refuerzos positivos. Eres parte esencial de su educación, no olvides que hay que socializar al perro.