A pesar de que la mayoría de veces forman parte de un ambiente tranquilo y relajado, los peces también se estresan, por lo que es necesario observar las condiciones del agua, ver si tienen heridas en el cuerpo o si están muy quietos sin responder a los estímulos. Para muchos, los peces son sinónimo de tranquilidad y relajación, pero lo que pocos saben es que los peces también son víctimas del estrés comenzando por tener que soportar las condiciones ambientales artificiales en donde viven, muy distintas a su hábitat natural.
Cuando se tienen demasiados peces en un lugar pequeño, pueden comenzar a enfermar sintiendo estrés y por lo tanto reducir sus defensas y esperanza de vida. Son muchas las circunstancias que obligan a que los órganos de su cuerpo trabajen más para sobrevivir.
Otros factores que les pueden causar ansiedad son el agregar a la pecera agua no tratada, usar cloro, mantenerlos a una temperatura inadecuada, muy fría o caliente.
Por ello, es necesario medir los niveles del acuario y de los componentes que se tengan como el amonio, nitrito y nitrato, que al ser muy tóxicos, sea el principal factor del estrés.
La mayoría de enfermedades en los peces se deben a las condiciones inadecuadas del agua, o al hecho de que los dueños deseen tener una pecera variada y mezclan especies que no deben estar juntas.
Algunas personas sin saber, mezclan peces pacíficos con otros muy agresivos, lo que hará que los primeros vivan en constante estrés al sentirse todo el tiempo acosados por los otros.
También es común tener peces que se comuniquen a través de su cuerpo y que estén juntos a otros que no saben reconocer estas señales, lo que también se convierte en una situación cargada de ansiedad y de constantes peleas.
Lo mejor para reconocer como están dentro de la pecera es la observación. Con el paso de los días será fácil darse cuenta de que no todos tienen el mismo comportamiento, algunos estarán quietos, otros se mostrarán demasiado activos, otros en la superficie y los demás en el fondo.
Además, podemos notar que las cosas no van bien cuando el pez rechaza el alimento, o cuando esté en la superficie con la boca abierta para poder respirar. Otro indicador es nadar de manera irregular o tratar de esconderse por los rincones del acuario.
Las aletas mordidas o tener heridas en distintas partes del cuerpo, así como presentar hongos, parásitos o algún síntoma fuera de lo común, también se convierten en principales indicadores.
Algunos parecen haber perdido las reacciones y se mantienen inmóviles ante cualquier estilo por más fuerte que este sea.
A veces parece que todo está bien, pero el pez está muy estresado y apunto de contraer una serie de enfermedades, por lo que es muy importante, estar siempre alerta.