Algunos perros suelen escapar de sus hogares a pesar de que sus amos les dan de todo. Pero hay que pensar que tiene mucho que ver la herencia, la genética y la mala educación. Los perros son descendientes de los lobos, animales libres y salvajes que abandonan a manada por distintos motivos. Puede pasar que nuestra querida mascota canina tenga todo en la casa, cariño, comida, cuidados y hasta muchos juguetes y accesorios, pero a pesar de todo sale y se escapa de su hogar.
Esta situación no tiene nada que ver con lo que haya a su alrededor, se trata de un problema de conducta en la que influyen factores como la genética, a herencia y la mala educación. Hay que tener en cuenta que sus antepasados han sido los lobos, animales libres y salvajes.
Es natural que los lobos se ausenten de su manada por distintos motivos como la necesidad de cazar, por deseos sexuales o por sus fuertes deseos de explorar. Puede ser que los hábitos de vida de los perros no sean los mismos que tienen los lobos, pero son sus antepasados y la herencia genética siempre queda, motivo por el cual, se convierte en una necesidad, que se alejen por un tiempo de sus hogares.
Tiene mucho que ver también, lo que le ocurre en sus primeros meses de vida, cuando es obligado a abandonar su territorio, presentándose el desapego, momento en el que debe abrirse camino y puede que no se sienta totalmente integrado dentro del hogar, por lo que suele a dejarlo.
Algunas razas suelen escapar con mayor facilidad que otras como los perros nórdicos, sean el Siberiano o el Alaskan Malamute, ambas razas posee un carácter independiente y gustan mucho de explorar y buscar otros horizontes. Para evitar que esto ocurra, será necesario entrenarlos desde cachorros.
Los perros de caza también suelen escapar como el Labrador o el Setter irlandés, razas que salen corriendo tras de una pieza y pueden perderse. Pero las razas de compañía como el Teckel o Pinscher, también son alocados y desesperados por salir, persiguiendo a cualquier hembra que sientan cerca.
Pero estas huidas pueden evitarse y hay que prestarles mucha atención cuando están en casa, reforzando los límites. Debe tener mucho contacto familiar y a veces tener otro perro del sexo opuesto, es la mejor idea.
A veces, la llegada de un bebé a casa hace que se sientan relegados, siendo esta la causa principal de que escapen.
En realidad, muchas pueden ser las causas pero todas tienen solución. Si se trata de motivos sexuales, se les puede castrar; en caso hayan cambios bruscos en su rutina, lo mejor será mantener horarios fijos en su hora de comer y de salir.