Los perros quieren ser el centro de atención de sus amos, por lo que muchas veces tienen conductas destructivas y hasta de violencia y agresividad que pueden convertirse en un grave problema. Lo mejor es ignorar estas conductas negativas y enseñarlas que todo tiene un lugar y un momento. Las mascotas, en especial los perros, no pierden la oportunidad de llamar la atención de sus amos. Solo falta que la puerta se abra para que se abalance sobre uno, mueva la cola y nos llene el rostro de lametones, mientras que cuando se está dentro de casa, destruya todo lo que tenga al frente.
Los especialistas dicen que se trata de un caso de origen etológico, comportamiento que también tienen los niños y que si se deja seguir, puede convertirse en un grave problema.
La causa más común pude deberse a los celos hacia otras mascotas o personas que están a su alrededor y a veces, pueden llegar a ser muy agresivos y reaccionar con violencia. Comportamiento agresivo que tiene como finalidad llamar la atención para ser el único protagonista y que nosotros como amos, estemos pendientes todo el día de ellos.
Sin embargo, puede tratarse también, de una forma de comunicación y de una forma de adaptarse al medio ambiente que significa vivir al lado de un humano, que controla y suministra los recursos.
Los mismod dueños refuerzan estas conductas al premiarlos, reforzando sus conductas. Por ejemplo, al llegar a casa y abalanzarse sobre uno, es común que el dueño lo acaricie y lo premie diciéndoles palabras efusivas.
Hay que tener cuidado ya que su gran necesidad de llamar la atención, puede convertirse en un problema cargado de agresividad y fobias.
Incluso los castigos pueden convertirse en causa para llamar la atención, ya que el perro lo tomará como una llamada de atención hacia él, prefiriendo ser reprendido en lugar de ignorado.
El mejor tratamiento o método de prevención, es ignorar estas conductas negativas de destrucción de objetos, ansiedad, miedos, lametones, comportamientos de hiperactividad en el juego y lanzadas cuando se abre la puerta para que en el futuro no se sigan dando.
No se está diciendo que los mimos, caricias y hasta los juegos deban de evitarse o no ser parte de la crianza y vida de los perros, pero se trata de enseñarle a que todo y cada una de ellas, tiene un sitio, un orden y un momento.
Todo ello con la finalidad de tener una buena interacción con nuestra mascota para que se sienta querido y no se tengan después, problemas que se tornen difíciles de controlar.