Cuando educamos a nuestros perros desde luego lo hacemos con la mejor intensión. Puede que tengamos muchas ganas de hacer bien las cosas al lado de nuestras mascotas, pero sin mayores conocimientos seguimos cometiendo los típicos errores que pueden provocar frustraciones al perro e incluso a nosotros como dueños. La educación del perro conlleva una serie de procedimientos nada sencillos, puede que el can sea un animal inteligente, divertido y capaz de aprender lo que sea, pero de todas formas seguimos sin descubrir la mayor virtud de su lenguaje y comportamiento, esto implica una barrera que tenemos que afrontar sin errores al educar.
Educar en positivo es la nueva corriente, a pesar de los años y el desarrollo de la sociedad muchos de los dueños actuales siguen creyendo en una enseñanza con castigos cuando lo que mejores resultados da es el refuerzo positivo, así pues el perro asocia ciertas conductas que se le piden con la sensación agradable de los premios o refuerzos por acertar.
Las órdenes contundentes son otro de los errores, muchas de estas solicitudes para accionar modifican la conducta canina en excesivo tanto que implican que el aprendizaje se de siempre bajo un sentido estresante que no es nada positivo para ninguna de las partes, tanto el dueño como el perro.
Los castigos físicos y el uso de la fuerza ya son cosa del pasado. El perro aprende solamente a tener miedo y jamás va a comportarse como debería, lo hará siempre a la defensiva u ofensiva perdiendo el verdadero equilibrio. El miedo en los perros trae malas consecuencias, la crueldad en la educación puede dar como producto un perro agresivo.