Buscar el cariño del gato es a veces como querer imponer el tiempo del amor. En el caso de los gatos siendo más reservados que los perros y bastante ariscos al momento de relacionarse incluso con individuos de su propia especie no podemos decidir el tiempo para la caricia en lugar de ellos. Los felinos son animales que pueden bien sobrevivir en la calle sin la necesidad o cuidado de un dueño, bueno aunque rara vez no se aplica la regla. Siendo animales más independientes que el perro también lo son al momento de demostrar su afecto, son digamos felinos exquisitos que deciden el tiempo y espacio justo para un gusto en caricias.
Es mejor esperar que el gato de el primer paso, si lo ves acercándose a ti déjale total libertad de acción. El gato cuando quiere recibir cariños o jugar contigo se acerca y restriega un poco su cuerpo, esto también es parte de su acción de aceptación y marcaje de territorio, el gato es quien te hace parte de su manada.
Cuando lo tengas encima de tu pantalón dale con suavidad estímulos con caricias pero sin ser tosco puesto que podría el gato fastidiarse, morder o arañar. De observar se aprende, solamente así notarás en que momento el gato ya no quiere ser engatusado como se dice, en ese instante levántate despacio para que caiga suavemente o entienda que puede retirarse, ya sabes que son animales un tanto más refinados que los perros.
El lenguaje del Amor en verdad cambia en cada ser, nada más hay que tener paciencia para descubrir, aprender y compartirlo con los seres que nos rodean. Sean gatos, perros u otras mascotas el buen observador pronto reconocerá el tipo de lenguaje tan propio de su mascota. El dueño verdaderamente comprometido con la crianza y cuidado del gato no tardará en entender lo que el felino intenta comunicar con su andar, maullidos e incluso miradas, su minucioso lenguaje corporal. Todos sentimos aunque digan que los animales no lo hacen, el sentimiento es más fuerte que el instinto en mi opinión humilde.