Los gatos son bellas mascotas y no necesitan de muchos cuidados pero sus ojos necesitan de cierta atención especial ya que pueden contraer una serie de enfermedades como cataratas, conjuntivitis y glaucoma. Para evitar estos males, es obligatorio revisarlos con frecuencia, mantenerlos aseados y recurrir al veterinario cuando notemos algo extraño. Nadie puede decir que los gatos no son lindos, que pueden convertirse en la mascota ideal y que se comportan como un miembro más de la familia. En realidad, estos felinos pueden ofrecer una enorme cantidad de afecto y hacerse querer demasiado.
Si bien no es necesario brindarle una serie de cuidados especiales, siempre es importante estar al pendiente, sobre todo si se notan cambios en su conducta de forma inesperada.
Una dieta equilibrada, un espacio en donde poder dormir, tiempo para jugar, cariño y la higiene que necesita son más que suficientes, pero un control médico veterinario también debe estar incluido.
Sus vacunas y mantenerlo sin parásitos también es importante, pero se le debe ofrecer mayor cuidado a sus ojos, esa parte tan llamativa y que suele hacerlos únicos y bellos. Los ojos del gato pueden ser de diversos tamaños, algunos son almendrados, otros más redondos, y se puede encontrar una enorme variedad de colores y tonos, lo que los hace pieza clave de tener un fundamental cuidado, sobre todo si los consideramos tendiente a padecer de infecciones.
Lo ideal es vigilar y revisar sus ojos todos los días. Los mininos suelen realizarse una limpieza profunda, pero no está de más limpiarles cualquier legaña que puedan tener para evitar cualquier tipo de infección.
Una vez por semana se puede utilizar una gasa esterilizada para humedecer y pasarla sobre los ojos, desde el lagrimal hacia afuera siempre en el sentido del pelo.
Cuando los gatos son cachorros, se debe tener mayor dedicación a sus ojos, pero sin descuidarse con el paso de los años ya que pueden ser presa fácil de adquirir males como cataratas, que se presenta en edades avanzadas, presentándose como primer síntoma el cristalino opaco. La única solución es la intervención quirúrgica, antes de que quede con ceguera parcial o total.
Pueden padecer también de Conjuntivitis, una dolencia bastante común y que se presenta con un enrojecimiento de los ojos y con la presencia de legañas más espesas y con un color diferente a las habituales. Ante esta condición, lo más certero es llevar a la mascota con el especialista, para que sea revisado y reciba el tratamiento más adecuado.
Al igual que los humanos, los gatos pueden padecer también de Glaucoma, enfermedad que se presenta cuando la presión intraocular crece y daña el nervio óptico y la retina, pudiendo ser una causa principal de la ceguera.
Sin embargo, podemos encontrar algunas razas más susceptibles de padecer cualquiera de estos males como son la angora y la persa, mininos de pelo largo que necesitan de un cuidado más minucioso, ya que el pelo puede acumularse en el lagrimal, causandoles molestias ya hasta una infección.