El loro gris o yaco es un ave muy cariñosa y sociable cuando se tiene en cautiverio desde que es una cría. Son longevos llegando a vivir hasta más de 60 años, son sensibles a los cambios y necesitan de una dieta com mayores aportes de grasa. El loro gris africano llamado también yaco es uno de los más populares ya que es una de las aves de este tipo que tiene mucha facilidad para imitar y la gran facilidad para memorizar palabras y frases. Además, puede hablar y pronunciar cada una con mucha claridad.
Al ser bastante popular, se ha convertido en una de las mascotas más queridas y solicitadas en todo el mundo y se sabe que es un pájaro muy longevo, alcanzando una media de vida de hasta 60 años.
Para conseguir que nos acompañe por mucho tiempo, se necesita ofrecerle una serie de cuidados básicos y lo mejor es tenerlo desde que es pequeño. Cuando se tiene una cría de 6 meses, resulta ser un ave bastante manejable, cariñoso y muy sociable y comunicativo con otras personas.
Es justo en este momento en el que se les puede entrenar, ponerle horarios para que permanezca fuera de su jaula y sobre todo, se acostumbre a un determinado tipo de alimentación.
Hay que saber también, que el loro gris es muy sensible a los cambios que puedan suceder en su entorno y si esto ocurre, pueden hacerse desconfiados y temerosos frente a situaciones nuevas, así como a personas y objetos.
Físicamente, es un ave de tamaño mediano y se caracteriza por tener las plumas de la cola de color rojo. Llegan a medir hasta 35 centímetros y su peso oscila entre los 500 o 600 gramos.
En su hábitat natural, estos loros llevan una vida bastante organizada y cuando se encuentran en época de cría, se dividen en grupos para buscar comida y refugio.
Casi siempre prefieren armar sus nidos dentro de árboles huecos, muy distanciados del suelo y las hembras pueden llegar a poner hasta 3 huevos que incuban por 30 días.
En cuanto a su dieta, estos loros necesitan de más aportes de grasa, lo que significa ofrecerles semillas variadas de tres a cinco veces por semana y también se les puede ofrecer nueces de palma.
Su jaula debe ser de gran tamaño ya que estos animales son muy inquietos y gustan de trepar y colgarse del techo. Son juguetones pero bruscos cuando lo hacen y a veces, pueden causar susto ya que parece que estuviesen peleando o que algo extraño les está sucediendo.
Algunos les gusta mucho el agua y disfrutan al bañarse, pero otros muestran mucho temor y rechazo al agua. Lo más recomendado es acostumbrarlos al baño ya que sus plumas desprenden grandes cantidades de polvillo.