Las lagartijas es una especie de lagarto que ha sabido adaptarse muy bien a la vida humana. Pero esconden una serie de secretos como el hecho de tener una vista muy aguda, algunas como la iguana verde tienen una especie de tercer ojo en la parte superior de la cabeza y a otras, les crece una cola nueva cuando se separa de ella al ser atrapada por esta parte de su cuerpo. Son muchas las personas que tienen una lagartija como mascota y quizás no sepan que la palabra lagartija no es más que un diminutivo de lagarto. Es una especie de reptil que ha logrado y ha conseguido adaptarse de forma perfecta a todas las modificaciones que han ocurrido en su hábitat, sobre todo cuando se encuentra en cautiverio y se convierte en animal de compañía.
Es común ver, en determinados lugares, lagartijas prendadas de los árboles y cuando forman parte de un hogar humano, no dudan en refugiarse en los patios, en las enredaderas y en las muchas plantas que puede haber.
Pero lo que muchos desconocen es que la lagartija es una personalidad que esconde muchos secretos y otros detalles que son necesarios tener en cuenta, antes de que ingresen a la casa.
Para comenzar podemos decir que al ser un animal muy adaptable, puede vivir cómodamente en cualquier parte del mundo. Encontramos lagartijas en los cinco continentes menos en la Antártida.
Son animales de sangre fría por lo que les encanta tomar el sol. Y utilizan sus lenguas como principal órgano sensorial.
Es fácil darse cuenta que son dueñas de una visión muy aguda y que para poder comunicarse entre ellas. Utilizan su lenguaje corporal introduciendo posturas específicas, gestos y movimientos claves que señalan que están definiendo su territorio.
La mayoría de las especies son muy buenas escaladoras, lo que las ayuda a escapar muy rápido de cualquier peligro y otras cambian de color según el estado de ánimo que tengan.
Algunos de estos lagartos como la llamada iguana verde, se caracteriza por tener una especie de tercer ojo en la parte superior de la cabeza, y lo que las hace extraordinarias, es la capacidad que tiene la mayoría para poder separarse de su cola cuando se le atrapa de ella.
La cola que ha quedado atrás se retuerce lo que crea confusión en el depredador. Esta forma de defensa le da la oportunidad y el tiempo de poder escapar.
Nada de qué preocuparse ya que otra cola vuelve a crecerle, aunque será más corta y de otro color.
Pequeños detalles que parecen carecer de importancia pero que deben tenerse muy en cuenta si se quiere uno de estos reptiles como mascota.