Los conejos son una de las mascotas preferidas, pero si hemos decidido instalarla en un jardín debe tenerse ciertos cuidados como el clima, otros animales depredadores que pueden poner su vida en peligro, y las plantas venenosas que pueden causarles envenenamiento. Los conejos se han convertido en los últimos años, en los animales favoritos para convertirse en mascotas. Los podemos encontrar de varias razas y de todos los tamaños, necesitando los mismos cuidados básicos.
Al tener uno en casa, es necesario que cuenten con un espacio independiente para que sea su propio hogar, este puede ser una jaula de regular tamaño, o un ambiente ubicado en el jardín.
Resulta efectivo y saludable que las casas grandes y que tengan un ambiente al aire libre como jardines grandes, los conejos puedan permanecer la mayoría del tiempo sueltos y hasta pernoctar en el exterior, pero hay que tener mucho cuidado con algunos factores que pueden convertirse en un verdadero peligro.
No dudamos que el conejo se sienta identificado y hasta más cómodo al estar suelto, sobre todo porque puede relacionar el espacio con su hábitat natural, pero si la idea es colocar su residencia fuera de la casa, lo mejor será esperar a que tenga varios meses para que pueda adaptarse con mucha facilidad.
Mucho tiene que ver el clima de la zona o la estación del año en que se decida ubicarlo, dándole preferencia a los meses de verano más suaves, así como a los días con poco frío. No resulta conveniente, exponerlo a temperaturas extremas.
Uno de los peores riesgos que corre un conejo al estar afuera son los depredadores, animales que pueden atacar, como perros y gatos del mismo vecindario.
Pueden haber otros animales también cerca o por los alrededores y que suelen atacar por las noches, por eso lo mejor que en este tiempo el conejo permanezca en un lugar seguro, como en un ambiente dentro de la casa.
Los corrales armados e instalados en el jardín externo pueden resultar adecuados para las horas del día, con mayor razón si son muchos los integrantes de la familia, o las personas que viven en la casa.
Si sus jaulas están en el jardín, también resulta conveniente colocar una rejilla en el fondo de la misma, para que no se le antoje cavar madrigueras, que en ocasiones son tan grandes que impiden que se les pueda coger.
Las plantas que se pueden tener en el jardín también se convierten en un peligro, ya que los conejos no saben distinguir aquellas que son venenosas. Por eso lo mejor es quitar las toxinas, y reducir al mínimo el uso de pesticidas y fertilizantes.
A veces el pelaje de estos animales puede quedar con restos de excrementos, convirtiéndose en presa fácil de las moscas, por eso debemos estar al tanto y limpiar todo lo que no pueda sacar por sus propios medios.
Las vacunas son algo de mucha importancia sobre todo para prevenir enfermedades virales, o la anemia.
Para evitar todos estos posibles riesgos, conviene mantener siempre bajo observación al animal, ofreciéndole una rutina que le facilite el acceso a la casa cuando se crea necesario, en casos de temperaturas extremas o cuando se encuentre mal de salud.