Llegan las vacaciones de verano y la playa se convierte en un estupendo argumento para salir a respirar aire puro con la familia y desde luego con las mascotas. En algunas playas se permite el ingreso de perros así que si ya te informaste entonces no dudes y disfruta de la experiencia al aire libre. De todas maneras si viajas con el perro a las playas debes guardar algunos cuidados para evitar que su salud se afecte. Presta atención al uso de repelentes por ejemplo, ya que la enfermedad de la dirofilariasis canina o enfermedad del gusano del corazón comienza cuando el perro es picado por mosquitos. Puedes prevenir con remedios como collares o medicamentos para mascotas.
La arena de la playa se plantea como una zona de alertas puesto que otros animales han podido hacer sus necesidades incubando posibles enfermedades a otras mascotas. La ingesta de vermífugo es lo mejor para estos problemas, al menos dos veces al año.
Además se ser un foco de infección, la arena también quema, se pone demasiado caliente y puede quemar las patas del perro. Así que elige bien los horarios para ir a la playa, lo mejor es por las mañanas o cuando va cayendo la tarde, así la exposición solar es mínima.
No te olvides de la constante hidratación del perro, lleva siempre agua fresca y alguna sombrilla para ofrecerle al perro sombra durante los momentos más fuertes del Sol. Si es la primera vez que tu perro conoce el mar no lo fuerces, trata de que la experiencia sea gradual y dentro de lo normal.