Pasados los 67 días de embarazo de la gata es tiempo del parto, ahora pues es importante que sepas que hacer para que no te conviertas en un estorbo para la gata embarazada. La mayoría de futuras madres felinas tienen un parte sin complicaciones y no requieren ayuda para hacerlo solas. Antes y después de la llegada de los gatitos tu debes entender que puedes ayudar indirectamente a que la gata por ejemplo se encuentre calmada y bien instalada en el lugar que ella elija. La mamá buscara como es lógico un lugar tranquilo, cálido y sin corrientes de aire.
Ofrece tu aporte colocando mantas suaves para que la gata se recueste. Las señales de que el instante del parto se acercan van desde el cambio extraño del comportamiento de la gata hasta la falta de apetito, igualmente la notarás jadeando por momentos y lamiéndose la vulva con insistencia, también su temperatura disminuye en un grado cuando quedan menos de 48 horas para que de a luz.
Muchas de las gatas buscan estar solas para parir, por eso mejor es no tocarlas para que no se alteren. De todas formas trata de estar cerca pues cuando la gata no retira el saco amniótico tú serás el encargado de rasgarlo para que el gatito salga, paso seguido frota con energía al recién nacido y corta el cordón umbilical.
Si alguno de los gatitos que acaban de nacer no respiran debes llevarlos a una fuente de calor, limpiar sus fosas nasales para que ingrese el aire y luego como debe ser llévalo al lado de la mamá gata. Ten siempre a la mano el teléfono del veterinario por si se presentan emergencia como la ausencia de contracciones y aún faltan gatos por nacer.
Los gatitos por instinto se ponen a mamar de la gato, ellos se alimentan del calostro, ésto los nutre y fortifica los anticuerpos para que su sistema inmunitario sea acertado contra enfermedades. Si algún gato no puede mamar tienes que ayudarle. Luego del parto es normal ver a la gata recostada algo inquieta y sin ganas de comer, pueden pasar unas horas para que vuelva al estado que conoces.