Los gatos si se pueden educar, pero para obtener un gato que siga normas y respete ciertos fronteras hay que cumplir con algunos requisitos. Primero no olvides que el gato no es como el perro, así que cualquier técnica que funciona con el perro jamás lo hará con el gato. Para educar a un gato se debe contar con uno que por lo menos tenga cierta cercanía con los humanos, que durante su nacimiento pase el tiempo justo con la madre y tenga algo de contacto sociable contigo o más personas, si este no es el caso entonces estamos frente a un gato sin equilibrio y más libre y arisco a la educación.
La educación del gato tiene que comenzar desde el primer día que llega al hogar, no puedes tomarte tiempo si en realidad deseas conseguir resultados, tal vez no pronto pero con mayor predisposición al educar un gato pequeño. Educar a un gato ya adulto es difícil y casi imposible.
El gato no entiende de los castigos físicos, no lo hagas, él a diferencia del perro que comprende de ciertos castigos lo hace pero enfocado en las recompensas. Al gato hay que darle lo que le interesa, en otras palabras ofrece recompensas como alimentos o juguetes cuando cumpla las reglas.
Los castigos indirectos son una solución al entendimiento del gato que solamente se portará mal cuando el dueño no esta, por ello te recomendamos dar castigos no violentos con aerosoles, pistolas de agua o ruidos violentos. Luego de tiempo el gato se portará bien sin tu presencia.
Sobre los indeseables arañazos en los muebles, se recomienda la limpieza de las zonas donde acostumbra a limar las uñas, de tal forma que se elimine su olor. Otra solución es comprarle rascadores para que aprenda a usarlos. Si lo encuentras donde no debe, aplica los castigos indirectos antes sugeridos.