A veces los gatos caseros quedan expuestos a padecer de enfermedades y situaciones más peligrosas que un gato de la calle. Una mascota minina no hace ejercicios o se esfuerza al mínimo, lo que puede convertirlo en obeso y traerle consecuencias mucho más peligrosas. Tener gatos en casa se convierte en una buena opción cuando a las personas les gustan mucho los mininos. Hay muchos que consideran la idea de tener más de 1 minino en el hogar y los atienden de la mejor manera. Pero a pesar de ser mucha la gente que recoge gatos de la calle y les ofrece cuidados, una enorme cantidad queda expuesta al no tener hogar o ser abandonados.
Se ha comprobado que un gato casero puede llegar a vivir hasta 12 o 14 años, muy distinto ocurre con los gatos callejeros que pueden alcanzar una esperanza de vida de 2 a 4 años.
Pero esto va a depender de la exposición que tienen los gatos de la calle a accidentes letales e infecciones víricas, la alimentación es otro factor que influye, y los cuidados sanitarios también se convierten en algo vital.
A pesar de que los gatos de casa tienen más ventajas, se encuentran expuestos a padecer determinadas patologías que tienen que ver con el sedentarismo, ya que a veces no se les exige a que realicen ejercicios físicos, perjudicándose su estado de salud.
La obesidad es una de las condiciones más peligrosas y habituales, ya que el felino casero apenas se siente motivado a moverse, y pasa la mayor parte del día durmiendo.
La obesidad trae consigo otras dificultades ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardiorrespiratorias, diabetes, procesos articulares, hipertensión arterial, disminución de la fertilidad, entre otras. Además, que un gato obeso tiende a tener un aspecto desaliñado y descuidado, ya que no puede acicalarse.
Aunque parezca mentira, las bolas de pelo se convierten en otro problema continuo, ya que los gatos se acicalan lamiéndose y siempre se quedan en las bolas restos de materiales vegetales, o secreciones gástricas que a la larga tragan y se perjudican.
Este pelo ingresa al tracto digestivo y si bien es excretado por las heces, no es regurgitado. Al ingerirse pelo en abundancia se acumula en el estomago o intestino, lo que les origina trastornos conductuales y hasta neurológicos.
Se han visto casos en que el minino se lame tanto que se provocan heridas y hasta alopecia.
Solo cuando tienen acceso a jardines, pueden ingerir hierbas o restos vegetales lo que les favorece la eliminación de las bolas. Cuando no las elimina, les provocan nauseas, vómitos, diarreas y obstrucción gastrointestinal.
Al ser un gato callejero se siente menos perjudicado ya que está sometido a cambios de temperatura, perdiendo menos pelo ya que esto se rige por los fotoperiodos.
Por eso es importante que el manto de los gatos sea cuidado por los dueños, los veterinarios recomiendan proporcionarles alimentos de alta calidad, digestibles y con ácidos grasos esenciales como Omega 3 y 6, que favorecen la salud de la piel, y ayudan a tener un pelo brillantes y lustroso.
Pero todo es mejor prevenirlo antes de lamentar, ya que consecuencias peligrosas perjudican mucho a la mascota. Ahora las tiendas de mascotas poseen productos especializados para este tipo de enfermedades que los mantendrán sanos y a sus amos tranquilos y felices.