Los conejos pueden también padecer de ciertas enfermedades comunes como la obesidad. Para evitarla debemos controlar su dieta, evitando darles demasiadas proteínas, grasas y azúcares. Si no queremos tener un perro o un gato en casa, y nuestros hijos nos piden una mascota, una buena alternativa es tener un conejo. Estos lindos animales suelen ser tranquilos y la forma de mantenerlos no es para nada complicada. Pueden permanecer sueltos si se tiene un espacio regular en casa, o también pueden vivir en una jaula si se habita en un departamento.
Pero como cualquier otra mascota debemos estar siempre pendientes, dándole su alimento, jugando con él, y estar al tanto de su salud.
En la actualidad es común que nuestras queridas mascotas se enfermen o sufran de ciertas condiciones muy similares a las que podemos padecer los humanos. Se ha comprobado que los perros y los gatos pueden tener diabetes, Alzheimer, obesidad y muchas otras enfermedades.
Y hablando de obesidad, este se ha convertido en uno de los problemas más graves que padecen los animales incluidos los conejos.
Al parecer en los lagomorfos la obesidad puede presentarse debido a las muchas recompensas que se le brindan, la mayoría en forma de golosinas con abundantes azucares o grasas. También puede pasar cuando se le da al conejo muchas proteínas en su dieta alimenticia y este no realiza ninguna actividad física.
Aunque parezca mentira, estos tiernos y suaves animales pueden sufrir de estrés, cuando viven rodeados de ruidos o permanecen todo el día encerrados en sus jaulas, y a consecuencia desarrollan un síndrome que consiste en comer en abundancia, para sentir que compensan su situación.
Por ello debemos hacer que nuestro animal tenga unos cuantos minutos al día, en los cuales pueda sentirse libre, correr y jugar. De la misma forma, su alimentación debe ser controlada y equilibrada, limitando el exceso de grasas y comidas dulces.
Otro problema particular en los conejos es lo que se conoce como cecotrofia. En ciertas ocasiones parecerá que nuestra mascota está comiendo sus propias heces, pero en realidad no ocurre así, lo que pasa es que esta ingiriendo los llamados cecotrofos, que son los alimentos que no han sido completamente digeridos pero que fueron eliminados por el ano.
Al realizar esta acción, los alimentos pueden nuevamente pasar por el sistema digestivo pudiéndose aprovechar todos sus nutrientes.
La cecotrofia no es conocida dentro de los trastornos alimenticios de los conejos, pero debido a que los dueños de estos animales creen que se comen sus heces y son llevados al veterinario, puede incluirse dentro de la lista de condiciones.