Los gatos son animales que puden deprimirse y dar a conocer su malestar a través de signos y sintomas claves, pero que a veces, sus amos ignoran y dejan pasar. Un cambio de conducta repentino puede ser un indicador de que nuestra mascota está empezando a ser parte de una tristeza patológica. Los gatos son animales preciosos, cariñosos, muy inteligentes y por demás independientes que pueden vivir tranquilamente por muchos años como animal de compañía pero para que se mantengan saludables, es necesario estar siempre pendientes de ellos, alimentarlos de la mejor manera, tenerlos limpios y llevarlos con el veterinario cada vez que se crea necesario o cuando se noten algunos cambios en su rutina.
A pesar de que se conocen una serie de enfermedades en esta clase de felinos, existen muchas personas, que tienen gatos, que no toman la importancia necesaria y dejan pasar algunos síntomas claves que son indicadores de que algo anda mal.
Es algo ya comprobado y aunque parezca difícil de creer, se conocen varios casos de gatos con depresión, enfermedad que puede ser algo complicada de identificarse es este animal.
No se debe a una sola causa y esta tristeza patológica puede presentarse debido a una serie de factores como la llegada de un nuevo miembro a la familia, y sentirse de un momento a otro, desplazado.
Otra de las razones pude ser, el hecho de salir de una casa en la que se estuvo por mucho tiempo y no poder hallar su lugar en el nuevo hogar. La presencia de alguien de la familia que no se sienta bien con el animal o que lo maltrate en algunos momentos también puede ser de gran influencia.
Pero se hace difícil saber la situación de la mascota debido a su carácter y personalidad, ya que es común que estos mínimos pasen la mayor parte del día durmiendo, y es peor cuando no son llevados con el especialista al notarse algún cambio.
Pero si el amo está al pendiente y nota que de repente su mascota ya no es la misma y tiene otra forma de comportarse, debe comenzar a preocuparse.
Algunos de los síntomas clásicos es el maullido, que se vuelve distinto. Cuando un gato está deprimido ya no hace ruidos y tampoco saluda cuando su amo llega a casa. Puede tener hambre pero ignora la comida y puede dejarla ahí por todo el día. Hace lo mismo con el agua y puede llegar a olvidarse de su aseo.
A veces pueden pasar varios días sin que se laman y pueden estar en extremo tranquilos o comportarse de manera agresiva.
Algunos felinos prefieren pasar más horas durmiendo que las ya acostumbradas y se refugian en lugares muy apartados y escondidos donde este solo.
Lo más apropiado es llevarlo con el veterinario cuando se noten otras conductas, ya que a veces pueden tratarse de otras enfermedades más graves y que para ser tratadas no hay tiempo que perder.