Cuando se tienen cachorros en casa debemos enseñarles desde pequeños a socializar. Su etapa de aprendizaje tiene dos partes, la primera de impreganción y la segunda de socialización propiamente dicha. Tener un cachorro en casa no es tarea fácil, ellos pasan por etapas de desarrollo bien diferenciadas que los amos deben conocer, ya que la manera en que les enseñemos y de su propio aprendizaje, va a depender el grado de sociabilización que logren, convirtiéndose después en un perro equilibrado y sin tener problemas de comportamiento.
Al igual que los humanos, los cachorros comienzan a aprender desde muy pequeños y es una etapa que les durará toda la vida. En un comienzo será su propia madre y sus hermanos con quienes comience el proceso de aprendizaje, pero después serán los miembros de la familia los encargados.
Denominada impregnación o imprinting, es la primera etapa de su aprendizaje y comprende desde el nacimiento hasta los 3 meses de vida. Todo lo que aprenda en este tiempo sumado a sus experiencias personales, es fundamental para su desarrollo.
En esta primera etapa no es bueno separarlo de su madre, ya que con ella aprende los comportamientos jerárquicos y sociales de los perros, que le va a permitir relacionarse con otros de su especie cuando sea adulto.
La socialización es otra de las etapas que va hasta cuando tiene 5 meses de edad. Aquí ya experimenta con el mundo que lo rodea, es decir con sus amos, con otros animales que pueda haber en la casa, y con las diversas actividades que se puedan realizar, debiendo familiarizarse poco a poco con ellas.
Lo mejor es dejar que experimente, pero siempre protegiéndolo y evitando que cualquiera de sus vivencias puedan resultar traumáticas.
Una excelente idea puede ser invitar amigos o gente conocida que haya interactuado con el animal, para que pueda jugar. También se puede traer otros perros de amistades, mascotas de otras razas y hasta distintas especies para que pueda socializar.
Salir con el cachorro, llevarlo de paseo a parques o centros comerciales donde haya más gente es otra buena alternativa. Pasearlo en el coche, permitirle oler y jugar con distintos tipos de objetos de la casa, resulta ideal siempre y cuando no se hagan daños.
Nuestro cachorro puede llegar a ser el mejor de los perros si le dedicamos tiempo, lo ayudamos con paciencia a que aprenda y le brindamos afecto suficiente para que sea una mascota excepcional.