La preparación para recibir un perro como parte activa del grupo familiar comienza primero por el análisis de la propia vida y la de quienes te rodean ¿qué tanto estas listo para tener mascotas?, ¿tus hijos en realidad desean una mascota? o complicadamente pueden ser rutas de escape para falta de cariño. Adultos y niños podemos incurrir en el error de tener mascotas cuando en realidad buscamos otra solución a los problemas digamos del alma o carencias dentro del hogar. No podemos tener un perro cuando ni siquiera tenemos una base sólida familiar, esto complica la existencia del animal que de seguro terminará abandonado.
Hay que tener cierta formación como personas, ser realmente maduros y pensar muchas veces en cada decisión, pros y contras de tener un perro que en realidad no te es necesario salvo para cubrir la falta de comunicación en la familia y distancias por compromisos en los que perdimos la ruta, si fuera el caso.
A los perros les gusta el tiempo compartido, desean de alguna forma ser educados con tu presencia, si tu modo de vida es digamos con el tiempo corto entonces de ninguna manera tengas un perro menos si piensas que tus hijos se harán cargo de él, si son niños pequeños sabrás que aún no tienen muy maduro el sentido de la responsabilidad, igual que se aprende.
Lo volvemos a repetir, cuando tengas el impulso de comprar una mascota detente unos segundos y analiza ese estímulo y descubre cual es la realidad de tu deseo. Siéntate y responde algunas preguntas como ¿tienes tiempo para el perro?, ¿tus hijos o familia tienen tiempo?, ¿existe un verdadero compromiso de por vida?