El amor de los perros es real, no existe interés en su comportamiento, las demostraciones de amor son concretas y ninguna teoría cambiará nuestras sensaciones cada vez que recibimos un cariño inesperado.
Las personas están convencidas de que los perros y otras mascotas tienen sentimientos. El cariño se denota en los propios cachorros que segregan oxitocina, la hormona del amor que logra que el sentimiento fluya entre los humanos y los perros.
El lazo de cariño se fortalece y no existe ningún interés. Los perros quieren porque así lo sienten, no esperan ni siquiera que nosotros correspondamos a su amor. La teoría se basa en que los perros aprenden que tras el afecto en los humanos reciben recompensas, al final el dilema divide al mundo científico que sigue investigando esta idea.
Por nuestra parte creemos que los perros demuestran cariño porque como nosotros también sienten y forman un lazo perfecto con la convivencia. El amor es parte de todo y los animales de compañía forman parte de ese todo, así que no podemos sentirnos especiales y hacer diferencias respecto a sentimientos tan loables.