Las iguanas parecen ser animales muy saludables pero necesitan de cuidados y de visitas regulares al veterinario para mantenerse bien. Ellas pueden adquirir infecciones respiratorias debido a la humedad, heridas en la piel y parásitos que pueden aparecer debido a una mala alimentación y que pueden provocar falta de peso y pérdida de apetito. Todos los animales pueden enfermarse, por eso además de los cuidados básicos relacionados a su espacio, alimentación e higiene, no hay que olvidar las visitas regulares al veterinario para prevenir los males.
Los signos y síntomas, así como cualquier cambio repentino en la conducta de la mascota, es más que suficiente para saber que algo no va del todo bien y sentirse alertado.
Muchos quienes tienen una iguana en casa pensaran que estos reptiles son muy sanos y que pueden vivir muchos años, pero si de pronto deja de comer, o se le ve decaída, o se ve alterado el ritmo de su respiración, lo mejor será revisarlos con mayor cuidado.
Otros signos fáciles de distinguir son la presencia de mucosidades alrededor de la boca o de la nariz; y el hecho de notar sus ojos cerrados y con suciedad. Incluso los excrementos son diferentes y los miembros cambian de color y se inflaman.
La higiene es otro punto a tener en cuenta y debido a la falta de esta y a la mucha humedad que pueda existir en el ambiente, pueden producirse infecciones en la piel de las iguanas. Pero estas pueden prevenirse teniendo aseado el espacio y al mismo animal. En caso tenga algunas heridas, lo mejor será lavar las zonas heridas y crearle un terrario más seco.
Las temperaturas bajas también pueden ocasionar infecciones en las vías respiratorias, presentando los ojos cerrados, mucosidad excesiva y dificultades para poder respirar. Si no se cura a tiempo, estas infecciones pueden resultar mortales, por lo que se aconseja la prevención aumentando la temperatura del terrario y mejorar las condiciones de vida.
La falta de calcio puede producir desordenes nutricionales y estos son consecuencia de una enfermedad metabólica a causa de una mala absorción de este mineral. En iguanas jóvenes se presenta con las patas traseras inflamadas y la mandíbula inferior.
Cuando la iguana es adulta es más fácil que se presenten enfermedades como osteoporosis y osteodistrofia. Con la osteoporosis se tiene una impresión del animal hinchado y es fácil que se rompan los huesos. Y con la osteodistrofia se tienden a inflamar las patas traseras.
Para evitar estas condiciones es necesario añadir a la dieta de las mascotas suplementos de calcio que contengan aportes de fosforo y en caso empeoren, lo mejor es llevarlos con el veterinario.
En la mayoría de los terrarios se cuenta con la presencia de una piedra calefactora que puede ser la causante de pequeñas quemaduras en algunas partes del cuerpo del reptil.
Y algo que parece imposible de combatir son los parásitos, que pueden aparecer debido a una mala alimentación y que pueden provocar falta de peso y pérdida de apetito. Pero los ácaros y otros muy diminutos y en extremo dañinos que se ubican en los ojos y en la boca deben ser eliminados a través de productos acaricidas que no resultan peligrosos para la mascota.