Las gatas suelen ser algo distantes cuando se convierten en madres, rechazan a sus crías cuandoe éstas presentan algún defecto congénito y cuando empiezan a comer alimento sóldio, van quitándoles la leche materna y poco a poco dejan de lamerlos. Las gatas cuando están a punto de ser madres pueden comportarse de una forma algo extraña y desconocida, dejando a sus dueños desconcertados, sin saber cómo actuar. Lo mejor es que los amos tengan suficiente conocimiento sobre su conducta en esta etapa, así como conocer los problemas que pueden presentarse durante el nacimiento de las crías.
Es normal que cuando nacen, la madre no les brinde los cuidados que necesitan, pero pronto lo hará y por espacio de 14 días, los lamerá.
Es necesario que los pequeños permanezcan en una cesta preparada y estar ubicada en un sitio cálido. Por su parte, la madre necesitará de más comida para poder estar bien tanto ella como los gatitos.
Debemos dejar que lama a sus crías, ya que esto significa que los seca, los ayuda a estimular su respiración, los guía hacia las mamas y los ayuda a orinar y defecar por primera vez, siendo esto algo a veces complicado.
Al igual que las mujeres con recién nacido, es importante que les dé el calostro para que les proporcione todos los nutrientes necesarios y las defensas para proteger sus débiles cuerpos.
Si bien al principio la gata no deja para nada a sus gatitos, dos días después los lametazos serán más distanciados y al cumplir el primer mes de vida, comienza el destete, lo que hace el contacto con la madre vaya disminuyendo.
Para movilizarlos de un lugar a otro, la gata los coge de la nuca, esta es la forma de transportarlos y suele darse a partir de la tercera semana de nacidos.
Cuando la comida solida comienza a ser parte de su dieta, la madre les dará menos leche y al mes y medio el amamantamiento va desapareciendo.
La gata no suele rechazar a sus crías a no ser que detecte algún defecto congénito, en este caso las dejan de lado ignorándolas y a veces pueden llegar al canibalismo.
Al quedar descalcificadas, algunas gatas y también perras, pueden presentar conductas agresivas hacia sus crías, por lo que será necesario un tratamiento de calcio y destetar a los pequeños.
Por otro lado, no se les debe molestar a las gatas, y evitar que los niños cojan a las crías ya que esto genera celos y actos agresivos en el animal.
En caso uno decida hacerse cargo de una camada huérfana, solo bastará con darles leche cada dos horas y ofrecerles los cuidados básicos para que puedan sobrevivir. Tampoco hay que olvidar cuidarlos, mantenerlos limpios y abrigados.