Al igual que cualquier ser humano, los gatos necesitan realizar actividades de distracción y juego además de su entrenamiento. Estas actividades desarrollan sus habilidades e instintos, los hacen más independientes y los preparan para su vida futura. Todos necesitamos recrearnos para llevar una vida feliz y tranquila. Y así como los humanos debemos tener tiempo para diversión y relax, los animales también deben tener un tiempo de gozo además de su entrenamiento.
El juego es una forma de enseñarles para que puedan adquirir destrezas y se ejerciten para poder realizar las tareas básicas como la supervivencia en situaciones dentro de un ambiente natural como son la caza y el acecho.
Pero en los mininos podemos observar dos tipos de juegos los llamados sociales, que se realizan con otros integrantes de la familia y los individuales.
El juego social tiene un inicio muy temprano ya que desde que son cachorros tienen que relacionarse con su madre y sus hermanos. Cuando son destetados y tienen más desarrollados sus sentidos de vista, oído y olfato, sus juegos son más intensos y duraderos.
Los gatos desarrollan demasiado rápido y con solo mes y medio de vida comienzan a cazar y dos semanas después ya se vuelven muy independientes.
Pero los juegos sociales más relevantes y que se convierten en algo mucho más que diversión, como acecharse, perseguirse llegan a los 4 meses, cuando comienzan a llevar una vida solitaria que será la forma de vida que llevaran por el resto de su existencia.
Por otro lado, los llamados juegos individuales tienen inicio a las seis semanas de vida y se quedan perpetuos por toda su vida, haciéndose más intensos en aquellos gatos que se convierten en mascotas y que por lo reducido del espacio, no tienen posibilidad de cazar de manera real.
Sin embargo, ellos simulan lo que es cazar su alimento con caza de un ratón, puede que salten para atrapar un pájaro, o persiguen un conejo y hasta sacan los peces de dentro del agua.
Cuando no tienen la posibilidad de desarrollar estas simulaciones, pareciera que practican la maniobra y aunque jamás hayan tenido una experiencia parecida, lo hacen por instinto.
Si bien es importante que nuestras mascotas pasen varias horas jugando, jamás se les debe estimular en aquellos juegos en donde se desarrolle su agresividad ya que puede resultar perjudicial para los amos y para quienes están a su alrededor.
Lo mejor es jugar con ellos utilizando un juguete tipo presa y nunca hacer que el objeto de caza sean las manos, los pies o alguna parte del cuerpo, ya que puede terminar causando algún tipo de daño.
Igualmente, los juguetes deben ser de tamaño mediano y de consistencia firme para que no vayan a ser ingeridos por el animal y convertirse en un objeto que les cause daño.