Las mascotas pueden tener necesidades muy parecidas, pero la alimentación siempre es distinta ya que un perro y un gato u otro animal, no comen lo mismo. En cada caso hay que tener conocimiento sobre su alimentación y seguir algunas pautas para que su desarrollo sea el más adecuado. Puede ser que todas las mascotas tengan necesidades parecidas, que necesiten de un espacio en donde poder dormir, comida de buena calidad, aseo y tener buena salud. Pero un perro no come lo mismo que un gato o un conejo, por lo que, en ese sentido, las diferencias son realmente enormes.
Los gatos son carnívoros, y no resulta una buena idea ofrecerles muchas frutas, verduras o cereales, ni tampoco darles alimentos con exceso de carbohidratos como patatas. Pero si conviene, que cada cierto tiempo, se le ofrezcan frutas y verduras crudas, picadas finamente.
De igual forma, se le deben dar suplementos para que reciba las suficientes vitaminas, fibra y ácidos grasos esenciales.
Los gatos tienen el sistema digestivo que les permite procesar muy bien la carne, los huesos y pero con alimentos como los granos secos, las cosas son distintas ya que no son tan sencillas de digerir y pueden ocasionar problemas digestivos y hasta un desequilibrio en el pH de su sistema urinario.
Por todo ello, la alimentación de estos mininos debe basarse en proteína animal que se obtiene de la carne de pollo, ternera, pavo y del pescado, así como de vísceras como hígado, riñones corazón, huevos y huesos crudos.
Pero si se ha elegido darle pienso seco, este debe ser rico en proteína animal, sin contar con muchos hidratos de carbono.
Si bien, el pescado es un alimento que les encanta a estos felinos, no se les debe dar en abundancia y la carne de pescado que se les ofrezca debe ser fresca y cruda para conservar todos los nutrientes.
Hay que tener cierto cuidado también, con el atún ya que contiene muchos pacidos grasos polinsaturados peligrosos para la buena salud, que quitan los efectos buenos de la vitamina E, pudiendo enfermarse de esteatitis.
Siempre es bueno complementar sus alimentos con vitaminas como la A, ofreciéndole dosis de aceite de hígado de bacalao o en todo caso darle yema de huevo.
Entre otros detalles que deben tenerse en cuenta, destacan el darle de comer a la mascota en un lugar tranquilo y no deben de ser molestados ya que el más mínimo ruido puede ponerlos nerviosos, provocándoles que coman más rápido de lo normal o que simplemente dejen de comer.
Además, sus platos de comida y agua deben colocarse lejos de su caja de arena y los alimentos no deben dejarse todo el día, acostumbrándolo a un horario y darle comida dos veces al día.
En caso se les dé, de vez en cuando, algo de comida casera esta no debe contener aderezos como ajos y cebollas, ni hierbas como alfalfa que resulta muy tóxica.