Además de los perros los gatos también necesitan ser aseados, igualmente su higiene bucal debe ser una tarea que se hará cada cierto tiempo para que su organismo sea más saludable. Solemos guiarnos por lo que vemos y aunque los dientes se vean limpios tal vez en el interior se encuentren dañados. Es importante el aseo de la dentadura del gato pues así evitarás que sufra alguna infección que dañe dientes, encías y huesos. Cualquier clase de inflamación hará que tu gato sienta mucho dolor haciéndose notorio en su campo de comportamiento, no querrá comer, no podrá dormir y andará mucho más inquieto.
Cuando la higiene es pobre llega la inflamación, si no se cura o se comienzan con un tratamiento puede abarcar la circulación sanguínea y por ende llegar al corazón y otros órganos como los riñones y el hígado. Por ello el cepillado de dientes debe ser parte de la cultura desde el primer instante que el gato nace o llega al hogar.
Así como nosotros nos cepillamos diario, el gato también debe recibir la higiene bucal por lo menos una vez cada día. Para tal tarea utiliza cepillos y pastas dentales especiales para ellos pues la que tu usas le causará con el tiempo intoxicación.
Mientras más pequeño el gato menos lío hará al momento del cepillado de dientes, si el gato es grande pues será un poco más duro requiriendo paciencia. La técnica comienza de a pocos, por ejemplo impregna algo de pasta en tu dedo y flota sus dientes, esto día tras día, cuando sientas que ya es menos rebelde utiliza el cepillo.
En ocasiones el carácter del gato juega en contra si la tarea de limpieza lo haces a solas, así que pide ayuda de algún familiar o amigo para sujetar al gato no haciéndole daño, ten cuidado con sus garras, mientras uno le sujeta las patas el otro el abrirá la boca para proceder con la higiene de los dientes. En lo posible que el gato no sienta el momento como algo horrendo.