El popular collar isabelino es un elemento que sirve para evitar que el perro se lama las heridas recién curadas, alguna cicatriz que necesita secar u otro malestar que esta aún sensible. La idea es que el perro no se afecte más la herida y por ello la rigidez del collar. Este collar tiene forma de cono imposibilitando al perro a lamerse o rozarse las heridas. Los collares isabelinos son puestos por el veterinario, no obstante si tu necesitas uno puedes adquirirlos en cualquier tienda especializada en mascotas en variados de tamaños y materiales.
Puede ser un artículo algo incómodo para el perro en los primeros días notándose algo desorientado pero es necesario. El collar es fácil de poner y va sujeto al collar personal del perro. Por más que te de pena verlo chocarse y de alguna forma se mueva con torpeza debes dejarlo puesto, no retires el collar pues le estarías causando un mal para su salud si se llega a lamer las heridas.
Como consejo extra, trata de distanciar el bebedero y el comedero de las paredes, así le será más fácil alimentarse, igualmente si lo sacas a pasear ten cuidado al guiarlo para que evite chocar contra las cosas, incluso si baja la cabeza puede tropezar con el suelo. Será el veterinario quien de la orden de retirar el collar a tu perro ni bien vea que la herida se ha curado.