El entrenamiento en algunos perros les desarrolla una actitud para la defensa, incluso la educación para el resguardo del hogar podría fomentar en los perros de algunas razas un despertar de sus genes de violencia dormida. Los perros de ataque o guardianes pueden responder de forma violenta cuando sienten que la situación compromete su seguridad o la de sus dueños, por eso hay que saber respetar el espacio de los animales y más cuando no los conocemos.
Ciertas conductas humanas claramente alteran a los perros, sabiendo de ellas puedes evitarlas comenzando por el tono de tu voz, si gritas cerca de un perro es probable que comience a ladrar, esto mismo sucede si dentro de su zona coges sus juguetes o el recipiente de la comida, si no lo conoces es mejor evitar conflictos.
En la calle al ver que un perro pasea con su perro pensamos que hasta es seguro darle una caricia, sin embargo al ignorar si es violento o no lo más acertado será no hacerlo, por lo menos hasta que el dueño nos diga si podemos tocarlo.
Todos sabemos que los perros pueden oler el miedo en las personas y otros animales, si no tienes confianza en ti entonces el perro posiblemente te ataque, sé firme y usa tu voz para que entienda la orden de no atacar, si en todo caso el ataque es irremediable entonces distrae al animal arrojando objetos y busca alguna zona donde no entre.
Si el perro te ataca protege tu rostro y el cuello pues son las zonas del cuerpo que los perros tienden a morder. No molestes a los animales que se encuentran encadenados pues si alguna vez están sueltos podrían querer atacar, sucede que indirectamente les enseñaste que eres un objetivo.