Más del tiempo notamos como los niños tienen un amor predispuesto hacia los perros, siempre queriendo primero curiosear para luego jugar de diversas formas, desde luego no olvides cuidar todas las situaciones. Pese a este natural cariño de parte del niño a veces a los perros no les agrada. Si el perro fue el primero en llegar al hogar y luego lo hace el niño, es posible que el can vea amenazada su posición jerárquica en el entorno familiar y comience a despertar celos hacia el pequeño manifestando cambios notorios en su comportamiento.
Para castigar de alguna forma las expresiones de celos del perro no se debe jamás recurrir a los castigos físicos, esto al contrario de desanimar al perro hará que tenga muchos más celos tal vez interpretando que el castigado llegó desde que el bebé se unió al hogar.
Como primer consejo para evitar los celos del perro hacia el bebé tienes que presentarlos desde el primer día. El perro debe reconocer al niño, permite que lo olisquee y si se puede que lo lama, todo ello siempre con la atenta vigilancia de ambos padres. De a pocos el perro hará suyo el olor del niño identificándolo como miembro más de la familia.
El tiempo es tu mejor aliado. No le restes tiempo al perro y menos al bebé, organiza todo para que no modifiques demasiado los momentos que pasabas con el perro como el caso de los paseos diarios y los minutos dedicados al juego, su educación y otros ejercicios.
El cariño que ofreces a tu perro debe ser constante, evita que él sienta que el niño le ha robado tu amor. Se afectivo con tu perro en presencia de los niños para que jamás lo note como una amenaza a la relación que tiene contigo. No cambies tu comportamiento con el perro, afianza las rutinas.