Lo primero que debes tener claro es que el perro no habla tu mismo lenguaje ni tienen el más mínimo entendimiento de tu cultura o forma de vida. Así que resumiendo el perro no comparte ni tu entendimiento y ni siquiera tiene la misma capacidad de memoria. Los llamados mejores amigos del hombre requieren de otra clase de medidas para aprender a no hacer lo que no se debe, así pues el reñir al perro necesita de un simple pero tajante NO. Aquí juega mucho nuestra energía al hacerlo, la cual debe ser asertiva y de un verdadero líder.
Tampoco sugerimos que digas un NO de guerra o con un fuerza propia de los apocalipsis, con un simple NO basta siempre que lo pronuncies en el instante en que el perro hace hago que rompe las normas de conducta, enseguida y sin demoras ignora al animal, eso hará que el relacione su acción con un posible estado de soledad y ya sabes que el perro no quiere sentirse solo.
Luego del NO jamás debe venir una sonrisa, un juego y menos cualquier clase de cariño pues va a confundir al perro, pensará al final que lo que hizo fue tan bueno que le mereció tus caricias como recompensa y de seguro repetirá su acción.
Al momento de decir NO es aconsejable que marques cierta distancia, de esta forma el perro entiende tu enfado y relaciona su acción con la ausencia de cariños y juegos. Pronto con repeticiones entenderá que sus actos son malos y si los repite pierde tu compañía.
El cariño debe llegar cuando el perro tenga aciertos conduciéndose dentro de las normas dentro y fuera del hogar. Recuerda que la crueldad no es necesaria, es mejor guardar distancia incluso si cometió la falta un tiempo antes de enterarte. Esta técnica no creará a un perro psicológicamente traumado y menos despertará fobias o miedos.