Los gatos son animales muy territoriales y a veces tener más de uno en casa, puede convertirse en un gran problema. Lo mejor es darle a cada uno su propio espacio, sus propios accesorios y una dosis de cariño para ambos, evitando que sientan celos y que comienzen una disputa. A veces se tienen más de dos gatos como mascotas y a pesar de que comparten muchas cosas, es difícil que siempre se lleven bien y que no haya conflictos entre ellos. Es una característica que los mininos sean territoriales, motivo principal de las peleas además, de su gran instinto de lucha.
En caso sean gatos ajenos a nosotros, lo mejor será mantenernos al margen a no ser que traiga consecuencias. Pero si son nuestras mascotas las afectadas, debemos saber cómo manejar esta situación.
Los felinos siempre marcan territorio y al tener más de un gato en el hogar, hay que saber cómo contar con los recursos necesarios, ósea que cada uno tenga sus propias cosas, sus propios accesorios. Debe haber dos areneros, dos comederos, y cada uno debe tener su propia ración de cariños y atenciones.
Muchos amos tienen en una sola vez dos gatos, pero quienes se han acostumbrado por mucho tiempo con uno solo y de pronto llevan otro a casa, deben tratar de introducirlo en el ambiente poco a poco para que cada uno se vaya acostumbrando sin sentir presiones.
No es muy buena idea tener una hembra y dos machos en casa, ya que además del instinto de dominio y posición del territorio, la mayoría de enfrentamientos suceden por una hembra.
Las peleas de gatos deben detenerse lo antes posible ya que una lucha intensa puede significar que uno salga herido. Hay algunos consejos que deben seguirse para evitar que hayan peleas, pero hay que saber que separarlos con las manos no funciona.
Lo mejor es distraer su atención ya sea haciendo un ruido, lanzándoles algún objeto que no los vaya a lastimar o algo de agua.
Pero lo más efectivo es darle a cada uno su propio espacio y ser cariñosos con ambos para evitar que surjan los celos entre ellos. Los gatos son animales muy inteligentes y rápidamente perciben si uno recibe más atenciones que el otro.
No hay que olvidar usar premios para reforzar las buenas conductas para que las asocien con un comportamiento positivo.
Hay que tener presente que los castigos o las fuertes llamadas de atención no traen nada bueno y solo aumentan la ansiedad del animal. En caso se convierta en una situación imposible, es mejor acudir con un especialista para que asesore y brinde pautas de conducta que cambien su comportamiento y reduzcan sus acciones agresivas.